Estimados amigos y amigas:
Hoy en el periódico
La Extra de Costa Rica se publica la información relacionada con lo que está ocurriendo en Miramar con el deslizamiento de la mina Bella Vista de la empresa canadiense Glencair Gold Corporation.
Leyendo la información podrán ustedes darse cuenta que los funcionarios públicos, destacándose el de salud, parecieran empleados de la empresa minera por la defensa que hacen. Los funcionarios de la Secretaría Técnica Ambiental y del ministerio de Energía y Minas, como siempre viendo para el ciprés.
Lo que está ocurriendo es un desastre muchas veces anunciado, prueba de ello es el video "Oro sucio en Miramar, agua contaminada en Puntarenas" donde vecinos opuestos al proyecto denunciaron la forma irregular en que se dieron los permisos debido a que el sitio donde se construyó la mina está catalogado por la Comisión de Emergencias de ALTA VULNERABILIDAD no solo por las lluvias sino por las fallas sísmicas. (Estaremos colocando el video en Youtube para que puedan utilizarlo en las comunidades, para decirle a la gente lo que ocurre cuando el pueblo se divide y confían en este tipo de industrias).
Los responsables de lo que está ocurriendo quieren zafar el hombro y son aquellos vecinos y vecinas, funcionarios públicos y representantes municipales que cedieron ante el brillo del oro, ante el brillo porque lo que dieron fueron solo migajas. No escucharon a los grupos opuestos a la minería cuando les explicaban que la mina no es una opción, que había que buscar otras alternativas sostenibles, que este tipo de minería es en cualquier parte del mundo una de las actividades más impactantes contra la naturaleza. Hay que llamar a cuentas a Miguel Angel Rodríguez, al ministro del ambiente y a todos los funcionarios de ayer y de hoy, quienes torciendo las leyes, le otorgaron permiso a esta empresa. Hay que llamar a cuentas a esos que venían a vigilar y no vigilaban nada.
La empresa minera que decía que utilizaría la última tecnología de punta hoy plantea que tratará de arreglar la situación "de acuerdo a la situación presupuestaria", es decir que el riesgo ambiental que hoy corre no solo Miramar sino el Golfo de Nicoya con el turismo y los pescadores artesanales, depende de su voluntad económica y eso que se acogieron al régimen de zona franca con la cual no pagan ni un centavo de impuestos. Dice la empresa que hicieron estudios a 20 y 40 metros de profundidad y lo que está ocurriendo está a 70 y 80 metros... esa es la "Tecnología de Punta".
El desastre estaba anunciado, hoy solo se espera que no pase a más, que no llueva mucho y que no tiemble, es decir que una de esas bolsas con millones de litros de agua cianurada no se deslice sobre el río Ciruelas y en menos de una hora llegue al estero en Puntarenas donde causaría una de las más grandes tragedias en la historia de Costa Rica. ¿Estará la Comisión Nacional de Emergencias tomando prevenciones? ¿estarán las cámaras de turismo, los pescadores y el pueblo de Puntarenas enterado de lo que puede ocurrir? ¿Seguirá el gobierno dando permisos mineros en la zona norte y esperanzas a Industrias Infinito de explotar la mina en Crucitas?
Que esta angustia sirva para expulsar de una vez por todas a las empresas mineras de Costa Rica y establecer por ley la prohibición a la minería metálica.
Marco Tulio Araya
UNO VIDA
Alianza centroamericana contra la minería metálica.
Dentro de las prioridades de la asamblea destacan buscar una moratoria cantonal para las represas hidroeléctricas, el proyecto Socialicemos la Conservación, así como mantener las líneas de apoyo a los acueductos comunales.
